miércoles, 16 de diciembre de 2015

A contracorriente


Es un coñazo ir a contracorriente.
Me pica el pelo,
me sudan los sobacos,
me salen rojeces por la cara;
parece que tengo la varicela
joder.
Y si encima llevo pantalones nuevos
y ajustados
y voy deprisa
me empiezan a picar las piernas también.
Y luego está la boca;
creo que me voy  a quedar
sin aire
de tanto que me entra,
tan frío
como si intentara tragarme
cuchillos de hielo,
todo por las putas corrientes.
Es una mierda ir a contracorriente.

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