Vive entre las esquinas de mi mente nocturna. Observa escondida la calle principal. Se oculta de luces, de ruido molesto. Lo escucha de lejos y se alimenta de ello. La busco, pero estoy cegado por la luz y no la encuentro porque va de negro, porque solo está en callejones estrechos.
Pero hay noches vacías y oscuras. Son las otras. Las preciosas solas. Y es allí donde me enseña su pierna desnuda. La saca a la luz incandescente. Allí todo llega de repente
Yo la pago con versos
Ella con gozo
Y palabras bonitas.
Suelo desnudarla y corregirla
Pero a veces la encuentro tan perfecta que no puedo ni tocarla
Entonces, la admiro, la beso y me despido.
Seguimos conociéndonos
Aún debe guiarme por mis calles escondidas
Descubrir recovecos secretos
Encontrar tesoros esbeltos
Seguimos conociéndonos
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